El tema de la información y la comunicación es clave en el discurso feminista y en la práctica política cotidiana de las militantes del movimiento feminista.

Es clave porque aborda aspectos como el lenguaje y las formas de expresión que no solo reflejan las realidades sociales y las relaciones de género y poder, sino también conforman, definen y dictan cómo deben ser esas relaciones de género y poder. Las herramientas y metodologías de la información y la comunicación reproducen las desigualdades, las contradicciones y los prejuicios de la sociedad. Por otro lado, también pueden ser cruciales en la educación y movilización de las personas para enfrentar las desigualdades y prejuicios sociales que afectan a las mujeres. A la vez, pueden servir de instrumentos para subvertir las instituciones sociales patriarcales, así como para promover la igualdad de sexos y el otorgamiento de responsabilidades a las mujeres.

Desarrollo y evolución de una agenda feminista en la sociedad de la información

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han cambiado considerablemente las maneras en que las mujeres se informan y se comunican entre sí y con sus respectivas comunidades geopolíticas locales, nacionales, regionales e internacionales. También han contribuido positivamente al desmantelamiento de las barreras para el acceso a los medios de comunicación, de modo que permiten que más mujeres realicen y distribuyan producciones en los medios de comunicación que expresen correcta y adecuadamente sus problemas, sus preocupaciones y sus aspiraciones. Las TIC han ampliado el alcance de medios de comunicación establecidos, como la radio comunitaria. Además, los nuevos métodos de redes electrónicas han hecho posible que las mujeres adquieran nuevas habilidades, identifiquen nuevos contactos y consoliden sus redes. Evidentemente, las TIC han sido y continúan siendo importantes herramientas para fomentar la solidaridad y facilitar la creación de estructuras que apoyen las luchas populares por alcanzar una paz verdadera y un tratamiento equitativo de los géneros.

Sin embargo, aunque las TIC ofrecen una amplia gama de oportunidades, también contribuyen a ampliar la diferencia entre los que tienen acceso a los recursos y los que no lo tienen. Existe una gran división de géneros dentro de la división digital. En todo el mundo, las mujeres enfrentan barreras económicas, sociales, culturales y políticas que las limitan o les impiden acceder a las tecnologías de la información y las comunicaciones y beneficiarse de ellas. Por consiguiente, resulta imperativo que las activistas feministas entiendan el discurso tecnológico, socioeconómico y político presente en las TIC. Es esencial que examinen constantemente las potencialidades y los impactos de las TIC, con el objetivo de emplearlas como herramientas eficaces en la organización feminista y en un activismo social más amplio.

Los inicios

El impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones en las mujeres se evidenció por primera vez durante el proceso preparatorio de la Cuarta Conferencia Mundial de Mujeres, que tuvo lugar en Beijing, China, en 1995. El trabajo de información y diseminación para estimular a las mujeres del mundo a participar fue realizado por organizaciones femeninas a través del correo electrónico, una herramienta que muchas de ellas estaban aprendiendo a utilizar precisamente en ese momento. Cuando el Comité Organizador Chino anunció de repente, en marzo de 1995, que el Foro de las ONG de Mujeres cambiaba su sede del centro de Beijing a un sitio ubicado a 64 kilómetros, en Huairou, el Centro Internacional de la Tribuna de la Mujer envió un alerta urgente a WOMENET, una red por fax compuesta por 28 redes de medios de comunicación de mujeres de todo mundo surgida después de un taller de medios de comunicación de mujeres realizado en Barbados, en 1991. Cada red de medios de comunicación de mujeres envió el mensaje por fax a su propia red en cada región del mundo y, rápidamente, decenas de miles de firmas fueron enviadas en señal de protesta a las Naciones Unidas y al Comité Organizador Chino en Beijing. Desgraciadamente, esto no hizo que los anfitriones chinos cambiaran de parecer, aunque sirvió para que redoblaran sus esfuerzos con vistas a proporcionar mejores alojamientos e instalaciones en Huairou. Sin embargo, mostró cuán rápida y eficazmente las mujeres podrían contactarse y apoyarse entre sí en tiempos de crisis, lo que constituyó un momento de fortalecimiento para las mujeres a escala internacional [1].

En América Latina (que estaba más avanzada en ese momento en cuanto a la conectividad por correo electrónico que Asia-Pacífico asiático o África), una gran cantidad de mujeres se beneficiaron con las facilidades de comunicación en línea disponibles durante la preparación de la Conferencia de Beijing. En otras regiones, las mujeres empleaban una combinación de nuevas TIC con otros medios y facilidades de comunicación entre las que se incluían teléfono, fax, y reuniones personales.
Durante la conferencia en Beijing, la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones organizó un equipo de 40 miembros, todas mujeres, que brindó servicios plenos de Internet a todos los participantes del Foro de ONG de Beijing y a la conferencia intergubernamental. Mujeres y hombres de todo el mundo pudieron acceder a la información procedente directamente del Foro de ONG y de la conferencia a través del correo electrónico, de conferencias electrónicas y páginas Web [2].

La participación femenina en los preparativos regionales y mundiales del encuentro de Beijing contribuyó evidentemente a crear una red de mujeres preocupadas por los temas y las políticas de género y las TIC. No obstante, a pesar del empleo relativamente popular de las tecnologías en la fase preparatoria y durante el Foro de ONG y la Conferencia de Beijing, la Plataforma de Acción de Beijing, principal documento emanado de la conferencia, no abordó adecuadamente los temas de género y las TIC. Al reflexionar sobre lo ocurrido, solo puede decirse que ni la sociedad civil ni los gobiernos previeron en ese momento el impacto que tendrían las nuevas TIC en las mujeres. Lo estipulado en la sección Mujeres y Medios de Comunicación (sección J) de la Plataforma de Beijing con respecto a las TIC se limitó a mejorar las habilidades, los conocimientos y el acceso de las mujeres a las tecnologías de la información. No obstante, la Conferencia de Beijing marcó un giro decisivo en la defensa de la mujer en los aspectos relacionados con la comunicación y las TIC. Amplió y profundizó el discurso sobre la mujer y la comunicación, que hasta ese momento se había centrado casi exclusivamente en las imágenes negativas y estereotipadas de las mujeres en los medios de comunicación. La Conferencia de Beijing permitió la introducción del concepto de las mujeres como participantes claves en el campo de los medios de comunicación y las TIC, tanto a escala tecnológica como en la elaboración de políticas. También subrayó la necesidad de subvencionar los requerimientos de la infraestructura y los esfuerzos experimentales [sobre] el empleo de las TIC. Además, fomentó el empleo de las tecnologías como un medio para fortalecer la participación de la mujer en los procesos democráticos. Algunas de las organizaciones que han influido en los debates sobre los medios y las TIC en la Conferencia de Beijing fueron la Agencia Latinoamericana de Información, la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, el Programa de Apoyo a la Red de Mujeres, Isis International, el Centro Internacional de Tribuna de la Mujer, y la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana. Estos grupos, junto a otros participantes de la sociedad civil continuaron participando activamente en los espacios de debate sobre el género, los medios y TIC, y durante el proceso han sentado precedentes en términos de propuestas de la política sobre las TIC.

Entretanto, como una contribución a la conferencia de Beijing, la Comisión de las Naciones Unidas sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (UNCSTD, por sus siglas en inglés) llevó a cabo un abarcador conjunto de estudios sobre las relaciones entre género, ciencia y tecnología, y desarrollo. Los informes sobre este estudio revelaron que existían importantes diferencias de género en los niveles de acceso, control y beneficios obtenidos de una amplia gama de desarrollos tecnológicos. Específicamente con respecto a las TIC, el estudio realizado por la UNCSTD concluyó que la revolución de la información al parecer no tenía en cuenta a las mujeres, que la literatura sobre la sociedad de la información no se refería a los temas de género, y que ni las investigaciones ni los proyectos prácticos en el campo de la tecnología de la información habían abordado las circunstancias particulares de las mujeres [3].

Inclusión en la agenda internacional

Cinco años después cambiaron considerablemente los puntos de vista sobre las TIC, tanto desde las perspectivas de las instituciones de mujeres y de género, como desde las del propio movimiento feminista. En el análisis de la Plataforma de Beijing, realizado en el año 2000, se prestó gran atención a las TIC y su impacto en las mujeres. El análisis de la puesta en práctica de la Plataforma de Acción de Beijing, realizado en el año 2000, reconoció las crecientes oportunidades puestas a disposición de las mujeres mediante el empleo de las TIC -compartir conocimientos, trabajar en red y comercio electrónico. Sin embargo, también mostró que la pobreza, la falta de acceso a la infraestructura de las telecomunicaciones, las barreras lingüísticas, el desconocimiento de la computación y el analfabetismo impiden a las mujeres utilizar las tic, incluyendo Internet.

En los años posteriores a la Conferencia de Beijing ha aumentado considerablemente el reconocimiento internacional de los temas de género y las TIC. Las mujeres han aprovechado los espacios nacionales, regionales e internacionales de discusión sobre las TIC. Ellas han ejercido presiones sobre los gobiernos nacionales, los organismos intergubernamentales que dictan la política de género, así como sobre las instituciones de telecomunicaciones. Documentos recientes de política internacional han reconocido las implicaciones de género de las nuevas TIC y han identificado el perfeccionamiento y desarrollo de las habilidades de las mujeres, su conocimiento, empleo y acceso a las tecnologías de la información como grandes retos para la Sociedad de la Información.

Global Knowledge 97 (GK 97) fue la primera gran conferencia internacional en explorar el potencial de las tecnologías de la información y su posible impacto en los países en desarrollo. Una intensa campaña de correo electrónico y cabildeo institucional, iniciada por el Comité ad hoc de Mujeres en GK97, trajo como resultado una considerable participación femenina y constituyó un paso importante en la inclusión de las mujeres en la agenda del “conocimiento para el desarrollo”. El Precepto sobre Género, Asociaciones y Desarrollo de las TIC emanado de esta reunión reconoció “la importancia de las nuevas TIC como un medio para reunir y distribuir nuestros conocimientos y herencia compartidos.” Plantea que todas las facetas de ingeniería, diseño, desarrollo y entrega de las TIC deben incluir la igualdad de géneros o de lo contrario correrán el riesgo de no ser eficaces.

Entre las acciones prioritarias que considera necesarias se encuentran [4]:

- incorporar el análisis de género a toda la investigación de política científica y tecnológica;

- desarrollar y subvencionar evaluaciones del impacto de las nuevas TIC en las necesidades de comunicación de las mujeres;

- y proporcionar adiestramientos, sistemas de acceso y entrega, incluyendo versiones desarrolladas para mujeres.
Por su parte, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), actuando según una resolución adoptada en 1998 en la Conferencia Mundial para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, en Valetta, Malta, creó el Grupo de Expertos sobre los temas de género (TFGI) dentro de su Sector de Desarrollo de las Telecomunicaciones. Su misión era trabajar con vistas a asegurar que los beneficios de las telecomunicaciones y de la emergente sociedad de la información estuvieran a disposición de todas las mujeres y hombres en los países en desarrollo sobre una base justa y equitativa. También tenía como objetivo estimular la contratación, el empleo, el adiestramiento y la promoción de las mujeres en el campo de las telecomunicaciones [5]. En 2002, después de la Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones (CMDT) en Estambul, Turquía, se adoptó una nueva resolución que convirtió al TFGI en un Grupo de Trabajo sobre los temas de género al que se asignaron recursos provenientes del gobierno de Noruega. La CMDT también instó a incluir una perspectiva de género en los temas y en el trabajo de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI).

Antes de la creación del Grupo de Trabajo sobre los temas de género, la UIT, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) firmaron un memorando de entendimiento para colaborar en el desarrollo de estrategias sensibles al género para el desarrollo de las telecomunicaciones y de la política de las TIC, en julio del año 2000.

En noviembre de 2002, la División de las Naciones Unidas para el Progreso de la Mujer efectuó en Seúl, Corea, una Reunión del Grupo de Expertos sobre “tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto y empleo como instrumento para el desarrollo y la habilitación de las mujeres”. Los participantes en la reunión presentaron varios ejemplos de cómo las mujeres marginadas utilizaban las TIC para capacitarse. Sin embargo, también subrayaron que estos ejemplos no eran suficientes. Una de las conclusiones a que llegaron es que aún existe una falta general de análisis de género en la formulación de la política de las TIC y en la presentación del programa. Los resultados de la reunión sirvieron como puntos de partida para la sesión de la Comisión de la Condición de la Mujer de 2003, así como para la primera fase de la CMSI celebrada en Ginebra en diciembre de 2003.

Los géneros y la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI)

La CMSI es uno de los grandes eventos internacionales en que menos participación tienen las militantes feministas. Una de las razones para ello podría ser la escasez de fondos para asistir a las reuniones preparatorias. Sin embargo, la razón más convincente es la falta de comprensión del proceso y la apreciación de la relación entre los problemas y la lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad de géneros. No obstante, se han logrado éxitos considerables en lo referente a la incorporación de los temas de género en los documentos oficiales emanados de la fase de la Cumbre de Ginebra.

Dos grupos contribuyeron activamente a asegurar las perspectivas de género en todas las discusiones en la primera fase de la CMSI. Estos fueron la ONG Grupo de Trabajo de Estrategias de Género (GSWG) y el Comité de Género (GC) de la CMSI. El GSWG se formó en la primera Reunión del Comité Preparatorio de la CMSI en Ginebra, en julio de 2002, como uno de los subcomités del Grupo de Coordinación de la Sociedad Civil (CSCG). Los grupos involucrados en este esfuerzo fueron: la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y las Comunicaciones (FEMNET), la Agencia Latinoamericana de Información, Asociación para el Progreso de las Comunicaciones - Programa de Apoyo a la Red de la Mujer, Centro Internacional de Tribuna de las Mujeres, e Isis International-Manila. La ONG Grupo de Trabajo de Estrategias de Género moderó la discusión NGOwomen@genderit.org, una lista de correo electrónico dirigida a trazar estrategias y organizar la participación de las mujeres en el proceso de la CMSI. NGOwomen@genderit.org tenía como objetivo crear iniciativas sobre la igualdad de sexos y las TIC y fomentar el enriquecimiento de las discusiones en beneficio de todas las mujeres.

Por otro lado, el CG es un grupo multi-participativo de mujeres y hombres de gobiernos nacionales, de la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales, del sector privado y del sistema de las Naciones Unidas. El objetivo estratégico del Comité de Género de la CMSI es asegurar que la igualdad de géneros y los derechos de las mujeres se integren a la CMSI y a sus procesos resultantes. El Comité de Género de la CMSI fue creado durante la conferencia regional preparatoria africana que tuvo lugar en Bamako, Mali, entre el 25 y el 30 de mayo de 2002 [6].

Estos grupos contribuyeron positivamente a la inclusión de un texto en la Declaración de Principios y Plan de Acción de la CMSI que refleja los análisis y las perspectivas de género. A continuación aparecen algunas de las recomendaciones adoptadas en los documentos oficiales de la CMS [7]:

- Habilitación para una participación plena. La alfabetización y la educación primaria universal son factores esenciales para crear una Sociedad de la Información plenamente integradora, teniendo en cuenta en particular las necesidades especiales de las niñas y las mujeres (Declaración de principios, Creación de Capacidades, párrafo 4).

- Procurar eliminar los obstáculos de género que dificultan la educación y la formación en materia de TIC, y promover la igualdad de oportunidades de capacitación para las mujeres y niñas en los ámbitos relacionados con las TIC. Se debe incluir a las niñas entre los programas de iniciación temprana en las ciencias y la tecnología, para aumentar el número de mujeres en las carreras relacionadas con las TIC. Promover el intercambio de prácticas óptimas en la integración de los temas de género en la enseñanza de las TIC (Plan de Acción, Desarrollo de Capacidades, párrafo 11g).

- Se alienta a los gobiernos a que, en colaboración con las partes interesadas, definan políticas de las TIC que propicien la actividad empresarial, la innovación y la inversión, haciendo especial hincapié en la promoción de la participación de la mujer (Plan de Acción, Ambiente propicio, párrafo 13l).

- Alentar la definición de prácticas óptimas para los cibertrabajadores y los ciberempleadores basadas, a escala nacional, en los principios de justicia e igualdad de género y en el respeto de todas las normas internacionales pertinentes (Plan de Acción, Ciberempleo, párrafo 19a).

- Promover programas de iniciación temprana de las niñas jóvenes en la esfera de la ciencia y la tecnología, para acrecentar el número de mujeres en carreras relacionadas con las TIC. (Plan de Acción, Ciberempleo, párrafo 19d).

En la segunda fase de la CMSI, que tendrá lugar en Túnez en noviembre de 2005, los grupos de mujeres esperan poder fortalecer los principios de igualdad de sexos formulados en la Declaración de Principios de la Cumbre. Las militantes femeninas consideran que los principios de género incluidos en el documento final (a saber, “Afirmamos que el desarrollo de las TIC brinda ingentes oportunidades a las mujeres, las cuales deben ser parte integrante y participantes clave de la Sociedad de la Información. Nos comprometemos a garantizar que la Sociedad de la Información fomente la potenciación de las mujeres y su plena participación, en pie de igualdad, en todas las esferas de la sociedad y en todos los procesos de adopción de decisiones. A dicho efecto, debemos integrar una perspectiva de igualdad de género y utilizar las TIC como un instrumento para conseguir este objetivo.”) son más débiles que los del texto contenido en los anteproyectos de la declaración [8]. Además, desean asegurar que los problemas e inquietudes de las mujeres se integren a las discusiones sobre la gobernanza y los mecanismos de financiamiento de Internet, los dos temas principales que serán abordados en la segunda fase de la Cumbre en Túnez.

Existen varios problemas a los que se enfrentan las militantes feministas en la elaboración de políticas de género y las TIC y en la implementación del programa. A continuación presentamos algunos de esos problemas.

Acceso

El tema del acceso es fundamental en el discurso de género y las TIC. El acceso está indisolublemente relacionado con la disponibilidad de la infraestructura necesaria, y en casi todos los países en desarrollo las infraestructuras de comunicación son menos estables y están menos disponibles en las áreas rurales y urbanas pobres, donde vive la mayoría de las mujeres. Como señalaron la UNIFEM y la UNU/TECH: “A las mujeres, que tienen responsabilidades especiales con los niños y los ancianos, les resulta más difícil que a los hombres migrar a los pueblos y ciudades. Por consiguiente, el carácter urbano de la posibilidad de conexión priva a las mujeres, más que a los hombres, del derecho universal a la comunicación” [9].

El tema del acceso es considerado también como la manifestación más concreta de la división de género dentro de la división digital. Esto se aprecia en el hecho de que son menos las mujeres que utilizan las TIC en comparación con los hombres. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres del mundo no emplea Internet y, por consiguiente, está excluida de la World Wide Web. La división digital dentro de los países refleja ampliamente la división de género. La tendencia a la diferenciación en el uso comenzó antes, como se aprecia en los Estados Unidos, donde los chicos tienen cinco veces más probabilidades que las chicas de usar las computadoras en casa y los padres gastan dos veces más en productos de las TIC para sus hijos que para sus hijas [10].

También hay que vencer barreras socioculturales con respecto al acceso de las mujeres a las TIC. Esto incluye el analfabetismo, el desconocimiento del inglés y de otros idiomas dominantes en Internet, la ausencia o falta de adiestramiento en computación, las responsabilidades domésticas y el hecho de que la información ofrecida por las TIC no es tan valiosa para ellas. Además, las mujeres ganan menos y tienen menos recursos disponibles que los hombres para gastar en las comunicaciones. Adicionalmente, los cafés de Internet están situados en lugares de difícil acceso para las mujeres o que culturalmente están considerados inapropiados para ellas. Con frecuencia, los servicios de comunicación en los países en desarrollo se encuentran en las oficinas o en espacios públicos que operan en horario de oficina. Teniendo en cuenta las múltiples tareas basadas en el género y las responsabilidades reproductivas asignadas a ellas, las mujeres tienen poco tiempo extra y puede suceder que esos centros de acceso público no estén abiertos en el momento en que las mujeres pueden visitarlos. Algunos centros de comunicación están abiertos durante la noche, pero debido a las limitaciones culturales o a la falta de seguridad general para salir de noche, las mujeres optan por no visitarlos. Obviamente, es necesario crear algunos establecimientos y otras condiciones que aseguren a las mujeres la igualdad de género en el acceso y uso de las TIC.

Formación, adiestramiento, y desarrollo de capacidades

En todo el mundo, las mujeres están condicionadas culturalmente de forma tal que son desalentadas a seguir la ciencia y las matemáticas. Históricamente, la ciencia y la tecnología han sido consideradas campos masculinos, y si existía algún papel para las mujeres, sería aquel en el que se convertían en mano de obra gratis en experimentos aburridos que requerían gran paciencia, confiabilidad y capacidad para emprender tareas tediosas durante largos períodos, en las que ponían en práctica las cualidades “femeninas” de perseverancia y paciencia.

El hecho de que las mujeres y las jóvenes tengan menos acceso a la educación es un factor principal que contribuye a que no se beneficien igual de las oportunidades que ofrecen las nuevas TIC. Por ejemplo, de los 300 millones de niños sin acceso a la educación, dos tercios son niñas. De manera similar, las mujeres constituyen dos tercios de los 880 millones de adultos analfabetos que existen en el mundo [11]. Sophia Huyer, Directora ejecutiva del Comité Asesor de Género de la Comisión de las Naciones Unidas sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (UNCSTD), describe el desgaste sostenido de las jóvenes y mujeres a lo largo del sistema formal de ciencia y tecnología (CyT), desde la educación primaria hasta la toma de decisiones de CyT como un “conducto agujereado” [12]). Nancy Hafkin, Directora de la Knowledge Working Consulting Firm y ex-jefa de la Sección de Información para el Desarrollo, UNECA, plantea que los agujeros se encuentran en todas las fases del proceso como resultado de un conjunto de barreras para las jóvenes y mujeres, y pueden dividirse en cuatro categorías:

- Barreras culturales y actitudinales, como las percepciones sobre el papel y el estatus de las mujeres.

- Barreras contextuales, que incluyen la falta de compromiso familiar, la falta de apoyo de la pareja y el hecho de vivir en áreas rurales o aisladas.

- Barreras de calificación; a menudo la falta de formación formal en matemática y ciencias o la falta de experiencia en las técnicas de programación de computadoras se perciben como una barrera, tanto por los departamentos de admisiones como por los estudiantes y maestros.

- Barreras institucionales que bloquean el acceso de las mujeres al estudio de la ciencia y la tecnología. Entre esas barreras se encuentran la carencia de maestras y las presunciones de los maestros sobre las capacidades de las estudiantes; la falta de flexibilidad en las admisiones; los requisitos de selección y entrada, que no tienen en cuenta las diferencias en cuanto a los antecedentes educacionales, los enfoques y las habilidades de las mujeres; y los rígidos requisitos de asistencia a las prácticas y al trabajo de laboratorio, cuyo cumplimiento resulta más difícil para las mujeres debido a sus responsabilidades familiares y domésticas [13].

Willie Pearson Jr., Director de la Escuela de Historia, Tecnología y Sociedad en el Georgia Institute of Technology’s Ivan Allen College, valida las observaciones de Huyer y Hafkin: “Es obvio por qué las mujeres no pueden asistir a nuestras facultades. Esperamos que ellas trabajen el doble que los hombres, que formen parte de los comités y se ocupen de la crianza y otros cientos de cosas mientras realizan su investigación, tutoran a los estudiantes graduados y tienen su vida personal,” señaló Pearson durante la reunión nacional de la Sociedad Norteamericana de Química, celebrada en Chicago, en agosto de 2001.

Empleo

El panorama de empleo en la industria de las TIC está dominado por el sexo masculino. Por lo general, las mujeres trabajan en niveles más bajos y están relegadas a la introducción de datos, al procesamiento de textos y al trabajo de transcripción. Ello refleja patrones de formación y adiestramiento en las TIC, en los que las mujeres jóvenes tienden a ser la gran mayoría de la matrícula en cursos de computación para trabajar en una oficina, pero solo un pequeño grupo de ellas estudia programación o ingeniería en computación.

Business Process Outsourcing (BPO), el segmento de servicios de trabajo en las TIC, es actualmente el único gran empleador de mujeres en el área de la tecnología. Se refiere a la subcontratación de procesos y funciones comerciales en las áreas de administración, finanzas, recursos humanos, logísticas de distribución, servicios industriales, ventas, marketing y protección al cliente en lugares que pueden ofrecer estos servicios a un costo más bajo a través de enlaces de transmisión de datos a alta velocidad que garantizan la entrega oportuna de los datos y servicios [14]. Existen diferentes tipos de trabajo en las BPO que incluyen los centros de llamada de asistencia al cliente, los proveedores de ayuda por correo electrónico, los transcriptores médicos y los procesadores de las demandas de seguros. Cada vez son mayores los debates sobre las implicaciones del empleo en las empresas de BPO - en particular sus implicaciones en las vidas y trabajos de las mujeres. La principal pregunta que ha surgido es: ¿Constituye el empleo en las BPO una participación sensible al género de las mujeres en la sociedad de la información? Por una parte, los críticos plantean que el trabajo en las BPO, particularmente en los centros de llamadas, está centrado en aspectos culturales de autolimitación, donde la prioridad número uno es adquirir un acento americano o británico, un lenguaje y una cultura populares, así como adoptar nombres americanos o británicos (no se puede ser Lakhsmi o Deepa y, por consiguiente, hay que adoptar nombres como Anne o Debbie).

Kalyani Menon-Sen, de Jagori, un centro de recursos, comunicación y documentación de mujeres feministas, en la India se refiere a esta tendencia de empleo como una “simplificación de una generación” porque es “abrumadora y una pérdida de habilidades - aquí no se aplican el conocimiento y las habilidades adquiridas en la escuela y en la universidad. El propio trabajo es aburrido y estresante, y se pretende que las jóvenes mantengan la compostura y la paciencia incluso ante los insultos verbales de clientes encolerizados [15].” La razón principal para establecer las empresas de BPO en la India, Filipinas y Brasil es disminuir el costo de las operaciones multinacionales. Existen informes que indican que los salarios que reciben las mujeres en las empresas de BPO en los países en desarrollo son hasta un 80% más bajos que los que reciben en los países desarrollados [16]. De hecho, un buen incentivo para que las compañías multinacionales mantengan, e incluso aumenten sus márgenes de ganancia.

Otra forma de BPO es la que se conoce generalmente como trabajo tecnológico desde la casa. Las mujeres que trabajan en esas áreas están en peor situación que las que trabajan en los centros de llamada, porque reciben salarios más bajos en relación con las que trabajan en el sector organizado y están sujetas a contratos de trabajo inseguros - si es que existe algún contrato. Estas mujeres, llamadas asistentes virtuales, son un número considerable - de nuevo en la India y Filipinas, debido a su conocimiento del idioma inglés y a que poseen habilidades de computación relativamente más avanzadas. Realizan transcripciones médicas y legales y llevan la contabilidad diaria de pequeñas empresas ubicadas en los países del Norte. Aunque aparentemente se benefician de la flexibilidad de poder trabajar en casa en un horario menos limitado, las múltiples cargas sobre las mujeres se hacen más definidas debido a que realizan su trabajo además de todos los quehaceres domésticos normales que se espera de ellas. Las mujeres que trabajan en esta industria basada en la tecnología también tienen que hacer grandes inversiones para obtener el empleo. Compran sus propias computadoras, pagan la electricidad y la conexión a Internet.

Por lo general, las mujeres todavía no figuran en los puestos de gerente y de toma de decisiones en la industria de las TI. La mayoría de ellas tampoco es considerada como profesionales de las TI debido a que el empleo en la BPO no es un empleo profesional en las tecnologías de la información. El desarrollo de hardware y el de software son los únicos considerados como trabajos profesionales, aunque, sin dudas, son áreas dominadas por hombres. Indiscutiblemente, el trabajo en las empresas de BPO perpetúa la desvalorización de la mano de obra femenina. Además, se están reproduciendo patrones de segregación de la mujer en los que los hombres ocupan la mayoría de los empleos de mayor calificación, y de alto valor añadido, mientras las mujeres se concentran en empleos de menor calificación y menor valor añadido.

Por otro lado, algunos estudiosos de los temas de género y las TIC, como Swasti Mitter, consideran que la subcontratación en el extranjero de trabajos de procesamiento de la información ofrece mayor oportunidad para la habilitación económica de las mujeres, que indica un “beneficio sin precedentes” que se ofrece a las mujeres que trabajan en estas áreas en la India, Malasia y las Filipinas, con salarios que generalmente oscilan en alrededor de los $5000 anuales - casi una fortuna para las mujeres de los países pobres donde el ingreso per cápita está por debajo de los $500 anuales. Según Mitter, “este es uno de los casos donde es posible afirmar sin temor a equivocarnos que la globalización ha traído ganancias para algunos países en desarrollo y para las mujeres que viven en ellos” [17]. Consciente del síndrome de la apatía, con el que las mujeres salen del estrés, la ansiedad y la fatiga mental del trabajo de BPO, Mitter sostiene que en dichos empleos los beneficios para las mujeres son superiores a los costos. Ella cita a la BPO como una dimensión positiva de la globalización para la que... los gobiernos nacionales deben crear un ambiente político para captar una parte mayor del mercado global en el procesamiento de la información y asegurar su sostenimiento y reproducción.

Es importante ser consciente de la desventaja de este tipo de empleo y educar al sector laboral y al público para poder exigir mejores condiciones de trabajo para las mujeres en la industria de las TI.

Contenido

El campo del diseño y el desarrollo del contenido en línea y de los nuevos medios de comunicación está dominado principalmente por los hombres y por el Norte. Esto define la calidad de la información disponible en Internet y en otros medios basados en la tecnología, como los juegos de video. Por tanto, no resulta sorprendente que las imágenes de mujeres predominantes en Internet y en las producciones de los nuevos medios de comunicación sean estereotipadas, altamente sexualizadas y a menudo sexistas, y reflejen la cultura popular y los estilos de vida de los creadores del contenido. Las voces femeninas, portadoras de las experiencias, conocimientos, inquietudes y preocupaciones de las mujeres no están reflejadas suficientemente. Además, la mayoría de las mujeres del mundo no hablan los idiomas dominantes de Internet ¬- es decir, inglés, francés, alemán, japonés, y chino. Hay que señalar también que no solo el contenido en línea se produce en estos idiomas - incluso el lenguaje de programación se basa fundamentalmente en el inglés. La falta de conocimiento es un factor importante que limita los beneficios que las mujeres pueden obtener de las TIC - si no es que las excluye totalmente.

Las productoras individuales femeninas y las organizaciones de mujeres en el mundo han enfrentado este desafío con mucha creatividad e iniciativa. La radio Feminist International Radio Endeavor’s Internet salva el vacío existente entre la comunicación para las personas sin instrucción y las nuevas TIC. La transmisión en español, inglés, y en ocasiones en otros idiomas, como portugués y francés, llega a una amplia audiencia sin necesidad de disponer de un estudio totalmente equipado o incluso de una licencia para utilizar las ondas sonoras. La estación de Internet fire’s combina la Internet con otros medios para crear un espacio interactivo dirigido a aumentar al máximo la participación de las oyentes femeninas a través de cartas, listas de correo electrónico, acuerdos de retransmisión con las estaciones de radio comunitarias, y los sitios Web conectados [18]. El Centro Internacional de Tribuna de las Mujeres produjo un disco compacto o “libro de computadora” innovador e interactivo para mujeres empresarias rurales africanas que tienen acceso a una computadora a través de un telecentro, pero no poseen experiencia de cómo usarlas. El disco ofrece consejos de cómo mejorar los rendimientos de las cosechas y el ganado, cómo comercializar lo que se produce y cómo ayudar a las mujeres a pensar en los nuevos productos que ellas pueden hacer y vender. Doblado en inglés y ugandés, el contenido del disco compacto también está disponible en línea para uso directo, gratis, para quienes tienen acceso a una conexión de Internet. Durante los eventos internacionales, tales como la revisión de 10 años de la Plataforma de Acción de Beijing, en Nueva York, en marzo de 2005, miembros de Asia-Pacific Women’s Watch traducen sus informes in situ al ruso y al kirguiz y los distribuyen a sus redes. A pesar de los limitados recursos, las militantes femeninas producen continuamente contenidos diversos y relevantes y encuentran las vías para hacer uso de las TIC de manera eficaz y significativa en las vidas de las mujeres.

Explotación y acoso sexual

No se puede hablar sobre las mujeres e Internet y el contenido de los nuevos medios de comunicación sin hacer referencia a asuntos tales como la pornografía, el acoso por correo electrónico, el “flaming” (abuso verbal en línea), y el ciber-acecho. Se han informado numerosos casos de hombres que utilizan los sitios Web para acosar a las mujeres y violar su privacidad.

Se estima que 10% de las ventas por Internet son de naturaleza sexual, en forma de libros, video clips, fotografías, entrevistas en línea u otros artículos. Las innovaciones técnicas facilitan la explotación sexual de mujeres y niños, porque permiten a las personas comprar, vender e intercambiar fácilmente millones de imágenes y videos de explotación sexual de mujeres y niños. Estas tecnologías permiten a los depredadores sexuales ofender o explotar a mujeres y niños de manera eficaz y anónima. Como resultado del enorme mercado de pornografía existente en la Web y la competencia entre los sitios, las imágenes pornográficas son cada vez más crudas, más violentas y más degradantes [19]. El barato acceso a las tecnologías de comunicación internacional permite a los usuarios llevar a cabo estas actividades desde la privacidad de sus casas [20]. La Internet también se ha convertido en un instrumento para la prostitución y el tráfico de mujeres. En 1995, aproximadamente 1.8 millones de mujeres y jóvenes fueron víctimas del tráfico ilegal, y las cifras van en ascenso. La red es utilizada para anunciar viajes de prostitución para hombres de los países industrializados. Luego los hombres viajan a los países más pobres para conocer y comprar a jóvenes y mujeres prostitutas [21]. Los comerciantes y traficantes sexuales utilizan anuncios de trabajo en línea y sitios de servicio de contactos para anunciar y buscar información sobre las jóvenes y mujeres que ejercen la prostitución en el mundo.

Los grupos de mujeres han planteado su demanda de seguridad y garantía en línea en muchas instancias. Han pedido a los gobiernos que emprendan acciones, pero a la vez son cuidadosas con la aplicación de medidas legislativas, porque esto podría usarse como argumento para que el Estado intervenga y censure las TIC.

El género en la política de las TIC

El cabildeo y la defensa alrededor de la elaboración de la política de las TIC es un área en que los grupos femeninos de información y comunicación están desempeñando un activo papel. Las mujeres lo consideran como algo imperativo, porque si el análisis y las perspectivas de género no se reflejan en la política, tampoco aparecerán en la implementación del programa.

Actualmente, las mujeres tienen muy poca participación e influencia en los procesos de elaboración de políticas y de toma de decisiones sobre las TIC, debido a que no están representadas en el sector privado y en los organismos gubernamentales e intergubernamentales que controlan este campo. Una investigación realizada en seis países (Australia, Japón, India, Malasia, Filipinas y la República de Corea), encargada por la Comisión Económica y Social de la onu para Asia y Pacífico en 2001, con el objetivo de analizar el marco político y el ambiente legislativo regional de las TIC, demostró la falta de atención a los objetivos de igualdad de sexos y al avance de las mujeres en las estructuras y estrategias nacionales de desarrollo de las TIC. Las principales áreas de resultado, comunes en las estructuras políticas de los países cubiertos en el estudio, fueron: la existencia de una infraestructura de redes y telecomunicaciones, la facilitación del comercio electrónico y de oportunidades de trabajo, el desarrollo de los recursos humanos, así como la promoción de la buena gobernanza y la participación de los ciudadanos. La mayoría de los marcos políticos nacionales y los planes estratégicos de TI existentes, por lo general, no abordan los temas de género o centrados en la mujer. La igualdad de sexos no es un tema explícito en los planes nacionales de las TIC [22]. Sin embargo, deben señalarse algunos hechos positivos. La República de Corea ha comenzado a dar los primeros pasos para integrar la agenda de igualdad de sexos al marco de la política nacional de TI. En el área de planificación y gestión de la política, el gobierno australiano implementa métodos estadísticos y de recogida de datos que tienen en cuenta los géneros con respecto a su política de las TIC y de comercio electrónico.

Esencialmente, tanto los elaboradores de políticas de las TIC, como los defensores de la igualdad de sexos, deben ser conscientes de la importancia del género en la política de las TIC. Los que elaboran la política deben comprender que las políticas serán más eficaces y sensibles a las necesidades de sus electores si el tema del género se integra totalmente. Por otro lado, los defensores del género deben aprender a no desatender las TIC, particularmente la política de las TIC, como un área técnica que no concierne a las mujeres, sobre todo a las mujeres comunes. Deben trabajar continuamente para incluir en la agenda de la política y las estrategias de las TIC los asuntos que les interesan.

Es necesario continuar desarrollando y evolucionando un programa feminista en términos de comunicación, del mismo modo en que hablamos de un programa social de comunicación basada en el derecho a comunicar de mujeres y hombres. Esta programa debe estar arraigado en la continua lucha del movimiento feminista y los movimientos sociales más amplios de forma tal que refleje de manera exacta las diversas realidades de las mujeres.

22 de mayo de 2006

couverture du livre enjeux de mots Este texto es un extracto del libro Palabras en Juego: Enfoques Multiculturales sobre las Sociedades de la Información. Este libro, coordinado por Alain Ambrosi, Valérie Peugeot y Daniel Pimienta, fue publicado el 5 de noviembre de 2005 por C & F Éditions.

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