La evolución del término “gobernanza en red” o “gobernanza electrónica” tiene que verse en la intersección de dos grandes movimientos - gobernanza y revolución de la información. Hace algún tiempo se viene hablando del tema de la “gobernanza”. Según el Concise Oxford Dictionary (9na Edición), la palabra “gobernanza” proviene de la voz griega “kuberna”, que significa “dirigir”. Los primeros ensayos de las ciencias políticas clásicas sobre el tema hacían referencia al concepto de “gobernabilidad” que convirtió al estado de derecho en la piedra angular del desarrollo [1].

La toma de conciencia antecede a la tecnología

Sin embargo, el concepto comenzó a tomar otro significado con la interacción de tres actores - el Estado, el mercado y la sociedad civil - en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Un cuarto de siglo después de la Guerra Fría, era muy evidente que el mercado, por sí solo, no podría asegurar el crecimiento, y que en realidad el Estado tenía una función que cumplir. En Occidente, John Maynard Keynes justificó teóricamente el hecho de que el Estado manipulara los precios y combatiera el desempleo y las crisis comerciales. Los Estados socialistas adoptaron y consolidaron sistemas de planificación centralizada. En el Tercer Mundo, el Estado también asumió la función de proyectista, fomentador, promotor y director del esfuerzo de desarrollo acelerado. Por consiguiente, los Estados no solo tenían que asumir un papel central, sino también habían creado sus propias empresas. Pero el hecho de tratar las entidades comerciales con objetivos sociales dificultaba la competencia en igualdad de condiciones dentro la economía. Por consiguiente, se expandieron la corrupción y las pérdidas de las empresas. En muchos Estados donde el régimen tributario era regresivo, las pérdidas fueron asumidas principalmente por los pobres. Esto condujo al descontento y a la desilusión por las políticas intervencionistas y a una demanda de privatización que alejó al Estado de su papel central. Sin embargo, el sector privado, por sí solo, no podría tener en cuenta los aspectos de la distribución que llevaron a replantearse el desarrollo como crecimiento económico en primer lugar. La imposibilidad de que las ganancias económicas produjeran niveles aceptables de redistribución, reducción de la pobreza y libertades políticas despertó a la sociedad civil [2].

El término “gobernanza” se introdujo en el discurso sobre el desarrollo alrededor del período de finales de los años ochenta. El Informe de Desarrollo Humano de 1991 [3] acepta el hecho de que la libertad y la democracia, aunque no sean una condición necesaria, son completamente consecuentes con el crecimiento y el desarrollo. El “desarrollo internacional” cambió su enfoque de los años cincuenta (décadas de desarrollo de la ONU), de “crecimiento económico” por el de “desarrollo humano sostenible”, lo que provocó que las preocupaciones por las personas y la naturaleza sean aceptadas ampliamente por el Estado, el mercado y la sociedad civil. El movimiento medioambiental ha planteado que la “gobernanza” es una urgencia para llevar a cabo las agendas de desarrollo de manera holística: incluye no sólo al sector en cuestión y las partes involucradas obvias, sino también a los demás afectados en otras áreas. Ha forzado una redefinición del interés público en la que se reconoce a la propia naturaleza como participante.

La globalización influye en los argumentos de los sistemas reguladores, en el sentido de que, teóricamente, los gobiernos tienen que crear condiciones iguales para los diferentes participantes, de manera tal que exista una situación en la que todos ganan. La idea es definida por los “participantes” y por las “instituciones”. Los participantes se esfuerzan por lograr un máximo poder discrecional, mientras las instituciones regulan la conducta de esos participantes. Cuánto tiempo esos ejercicios reguladores pudieran continuar manteniendo esa posición o, en su lugar, convertirse en una “intervención” es un debate diferente, pero la razón fundamental era esta “interacción” - un concepto que ha sido incorporado en la definición de gobernanza en red.

La emergencia de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), también tuvo un impacto profundo en el desarrollo de la gobernanza en red. Por primera vez en los últimos dos siglos, las TIC reemplazaron dos elementos básicos de la producción - “obrero” y “capital” - por “información” y “conocimiento” [4]. Internet significó un avance tan importante como el de la imprenta en el siglo XV. Ofrece la posibilidad de comunicar, compartir, distribuir, intercambiar, formalizar, usar y poner en red la información a una velocidad nunca antes experimentada. La ley de Moore [5] señaló que el poder de procesamiento de los microchips se duplica cada 18 meses mientras que el precio de las computadoras decrece en un 20-30%, teniendo en cuenta el ajuste de la calidad.. Esto significa que las computadoras son cada vez más baratas, potentes y ubicuas, lo que posibilita gobernar la red y la automatización de servicios. Por otro lado, el activismo político también está utilizando el espacio con un creciente número de grupos de interés público, organizaciones comunitarias o voluntarias que están propagando sus demandas y actividades en la red electrónica.

Los principios weberianos de gobernanza burocrática [6] se están reemplazando por las tendencias de gobernanza horizontal, lineal, dinámica y en red. La reforma administrativa y el desarrollo experimentaron la gestión de la calidad total (TQM por sus siglas en inglés) [7] en los años ochenta, y la “reingeniería y reinvención del gobierno” en los años noventa. La gobernanza en red refleja este proceso de reinvención y reingeniería en la gobernanza y “apunta a adaptar la administración al flujo cada vez más creciente de información: acelerando el proceso de toma de decisiones con una optimización de los recursos, y haciendo que el mecanismo de toma de decisiones se autorregule” [8]. Esto ha llevado a que la “gobernanza” se defina independientemente desde “la acción de gobernar” hasta la práctica de obtener el consentimiento y la cooperación de los gobernados. El objetivo concreto de la gobernanza electrónica es apoyar y simplificar la gobernanza para todas las partes - gobierno, ciudadanos y empresas.

Algunos plantean que este modo de gobernanza en red “utiliza medios electrónicos para apoyar y estimular la buena gobernanza” [9]. Sin embargo, lo que significa “buena” es un fenómeno relativo y varía considerablemente en la práctica y en la realidad. Por ejemplo, el Dr. Thomas F. Gordon, del “eGovernment Competence Center”, plantea que es la calidad y la eficiencia de todas las fases del ciclo de vida de la legislación, que se refleja en la corrección, la consistencia, la transparencia y la eficiencia de las transacciones (del gobierno). Mientras, por otro lado, el “Informe de la ONU de la Reunión del Grupo Ad Hoc de Expertos sobre la gobernanza electrónica y los cambios en las estructuras administrativas” sugiere que la gobernanza en red se aleja del gobierno burocrático tradicional, pero puede o no promover la buena gobernanza. “Pueden servir para reforzar, de forma maligna o benigna, las ineficientes e inefectivas prácticas gubernamentales existentes o introducir nuevas “formas de hacer negocios” que incluyan a los participantes del sector privado, a quienes poco preocupa el interés público” [10].

El surgimiento de guías y de principios de acción para la gobernanza electrónica

Tanto la gobernanza en red como la gobernanza electrónica son una idea emergente y se basan en el rechazo a la gobernanza burocrática, que no responde a los imperativos de la sociedad del conocimiento, a las realidades de un mundo más interconectado y complejo, a la naturaleza interdisciplinaria de la política actual y a las herramientas de las TIC.

Pero la red no es solo un sitio Web o una digitalización del mecanismo de prestación de servicios. En realidad, consiste en una definición más amplia del compromiso y la profundidad de las relaciones entre los ciudadanos y el gobierno [11]. En este sentido también es importante establecer una diferencia de significado entre gobernanza y gobierno. La gobernanza es la manera o el proceso de guiar a una sociedad a lograr mejor sus metas e intereses, mientras el gobierno es la institución o el instrumento para realizar ese trabajo. Esto significa que el gobierno es uno (de los muchos) ejemplos de la gobernanza.

Resulta interesante que los diferentes organismos internacionales destaquen el tema de la gobernanza según sus intereses y objetivos inminentes. El término más empleado por ellos es “gobernanza electrónica”.

Por ejemplo, la preocupación del Banco Mundial con respecto a la gobernanza se relaciona exclusivamente con la contribución que hace al desarrollo social y económico mediante la liberalización económica y estructural. Por consiguiente, para ellos, la gobernanza electrónica implica el uso de los canales de TIC para cambiar la forma en que los ciudadanos y las empresas interactúan con el gobierno para posibilitar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, un mayor acceso a la información, más transparencia y el fortalecimiento de la sociedad civil [12].

El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) relaciona el concepto de gobernanza con el de desarrollo humano sostenible. Considera que la gobernanza electrónica es un proceso de “creación de valor público con el empleo de las modernas TIC”. El valor público está definido como una noción “arraigada en las preferencias de las personas”. La gobernanza electrónica se justifica si amplía la capacidad de la administración pública de aumentar la entrega de valor público - el resultado de una alta calidad de vida. Más enfocado en las posibilidades de la “gobernanza”, considera que la gobernanza electrónica puede “equipar a las personas para una participación genuina en un proceso político inclusivo que puede producir un consentimiento público bien informado, la base cada vez más prevaleciente para la legitimidad de los gobiernos”. [13]

Los Cinco Principios Rectores de la ONU con respecto a los objetivos de la gobernanza electrónica son: [14]
1. Crear servicios relacionados con las decisiones de los ciudadanos.
2. Hacer que el gobierno y sus servicios sean más accesibles.
3. Promover la inclusión social.
4. Proporcionar información de manera responsable.
5. Emplear las TI y los recursos humanos de manera efectiva y eficiente.

El Grupo de Administración Pública (PUMA por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se centra en tres elementos principales de la gobernanza electrónica en línea y participativa: “la información, la participación activa y la consulta” [15].

El gobierno de la India se basó en SMART para plantear su punto de vista sobre la gobernanza electrónica. Este se refiere a “la aplicación de las TI al proceso de funcionamiento del gobierno para lograr una gobernanza simple, moral, responsable, sensata y transparente (SMART por sus siglas en inglés)” [16]. Esta visión ayudó a la India a trazar otros objetivos e iniciativas estratégicas sobre la gobernanza electrónica.

Rogers W’O Okot-Uma, de la Secretaría de la Mancomunidad Británica de Naciones en Londres, considera que la gobernanza electrónica tiene el objetivo de materializar procesos y estructuras para aprovechar las potencialidades de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en varios niveles de gobierno y del sector público y mucho más [17].

De cualquier manera, la gobernanza en red funciona a través de un instrumento en red en que la política se implementa mediante consulta, las organizaciones trabajan como coproductores en el proceso de toma de decisiones y de implementación. Pero, ¿cuál es esa red que es esencial para esta gobernanza?

El informe de las Naciones Unidas de 1994 ofrece una respuesta interesante que confronta, posteriormente a Jones, Hesterly y Borgatti [18], las diversas definiciones de la noción de red en el ámbito de la gobernanza.

Jones, Hesterly y Borgatti (1997) definen las redes como interacciones sistemáticas “entre unidades autónomas involucradas en la creación de productos y servicios sobre la base de contratos implícitos o indefinidos” para adaptarse a las contingencias ambientales y para coordinar y salvaguardar los intercambios.

Dubini y Aldrich (1993) y Kreiner y Schultz (1993) describen las redes como “modelos de colaboración entre individuos y organizaciones”.

Larson (1992) y Liebeskind, Oliver, Zucker y Brewer (1996) enfatizan los intercambios a largo plazo basados en la confianza y los intereses mutuos.

Powell (1990) agrega que las redes se basan en “intercambios horizontales”.

Grandori y Soda (1995) hacen énfasis en las “redes que proporcionan conexiones entre las partes correspondientes que participan en intercambios mutuos”.

Gobernanza en red y administración electrónica

La gobernanza en red se asemeja y se diferencia desde el punto de vista conceptual de la gobernanza electrónica - algo que parece confundir a muchos analistas. La gobernanza en red enfatiza en la soberanía de las unidades (en el Estado) cuyas interacciones facilitan o inhiben el funcionamiento de todo el sistema. La “gobernanza electrónica” que se practica en la actualidad puede enfatizar o no en esa soberanía y no puede centrarse principalmente en la interacción. Por ejemplo, la iniciativa de gobernanza electrónica puede dar la oportunidad de descargar el contenido elaborado por agencias gubernamentales, mientras la gobernanza en red pone a los ciudadanos en contacto para permitirles aprender, debatir y participar en los temas de elaboración de políticas. Prácticamente, todo el valor de una red es trabajar en gobernanza.

La gobernanza en red puede representar una forma de gobernanza electrónica y no abarcar todas las formas avanzadas de tecnología que utiliza la gobernanza electrónica. Incluso, algunos plantean que el concepto de gobernanza en red es independiente de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Para ellos, más bien representa una reforma de la administración pública, sea apoyada por la tecnología o no.

La gobernanza electrónica no se ocupa del acuerdo o del consenso mutuamente acordado, o al menos deja que ese asunto sea gestionado por las instituciones. Entretanto, en el caso de la gobernanza en red, el objetivo es encontrar un consenso en la diversidad. El intento de desarrollar el “conocimiento consensuado” puede favorecer al mínimo denominador común como resultado eventual de la política. Además, las redes no solo adicionan recursos, sino también están estructuradas para beneficiarse del hecho de que cada sector ¬participante aporte diferentes recursos al debate. Sin embargo, también es cierto que lograr el consenso puede ser un proceso lento y costoso, particularmente en un entorno conflictivo.

Muchos plantean que la misión de la gobernanza electrónica es acercar las administraciones nacional, regional y local a las personas comunes para ofrecer servicios eficaces y eficientes. Esto significa que el gobierno brinda servicios a los ciudadanos, pero se pone menos énfasis en cómo los ciudadanos participan y toman decisiones en el proceso democrático. El concepto de gobernanza electrónica hace pensar en una interacción en ambos sentidos y promete una interacción más amplia con los ciudadanos. Pero en la literatura sobre la gobernanza electrónica sigue siendo incierto el cuándo y cómo se haría. En realidad, los gobiernos se centran principalmente en la prestación electrónica de servicios y pueden evitar los aspectos polémicos de la buena gobernanza (tales como democracia, participación, igualdad, etcétera). Algunos también piensan que el desarrollo de la gobernanza electrónica conducirá inevitablemente a la democracia electrónica. Clift considera que a medida que los gobiernos presten más servicios en línea se producirá un cambio extraordinario en la voluntad de los ciudadanos de usar las diferentes herramientas de la democracia electrónica. Pero el simple hecho de que el gobierno participe en actividades en línea con los ciudadanos no significa necesariamente que se producirá un mecanismo de democracia electrónica [18].

La gobernanza electrónica, en los casos en que se refiere a una “ciudadanía más comprometida e interactiva”, se aproxima prácticamente a la gobernanza en red. Pero puede ser que a los gobiernos u órganos legislativos, que por lo general se resisten al “cambio”, les resulte difícil la transición. El compromiso, el cambio de actitud o el liderazgo que requiere estimulan el debate acerca de cómo el gobierno puede manejar esta situación. El mayor obstáculo que tendrán que resolver los gobiernos para enfrentar este nuevo desafío será desarrollar medios administrativos y un servicio de gestión consistente en recursos, fondos y personal suficientes para lograrlo [19]. La falta de compromiso político puede aumentar, particularmente en los casos en que la gobernanza electrónica no está al servicio de los intereses políticos propios de los principales participantes, aun cuando estén presentes otros factores. Por otra parte, en un modo de gobernanza en red, el Estado es una de las muchas organizaciones (entre las que se incluyen el sector público y el privado, las sociedades civiles, etcétera) y todas esas organizaciones actúan con considerable independencia. El papel tradicional del Estado se ve limitado solo a una posición de seguimiento o a un papel de facilitador.

Si la gobernanza electrónica o la gobernanza en red se implican a una mayor participación de los ciudadanos a través de los medios digitales, habría entonces que inquietarse de la brecha digital. Las causas de la “brecha digital” no son técnicas, sino socioeconómicas. Por consiguiente, existen aspectos relacionados con el acceso, la conectividad, la educación, la habilidad, la capacidad de financiamiento, etc., que continúan siendo los elementos esenciales subyacentes de la gobernanza electrónica. El Informe Mundial del Sector Público 2003 de la ONU, (E-Government at the Crossroads) sugiere tres requisitos previos para la gobernanza electrónica: un mínimo de infraestructura tecnológica, capital humano y conectividad - para todos. Por tanto, “el desafío primario del gobierno electrónico para el desarrollo es cómo lograrlo” - plantea el informe.

La gobernanza en red y la gobernanza electrónica son un proceso, no un fin decisivo de la evolución de su significado. Tampoco implica una trayectoria estándar de progresión. Por consiguiente, los países necesitan encontrar la manera que mejor se ajuste a ellos y deben participar en un proceso de “diálogo, aprendizaje, creación de capacidades y facilitación” [20] - que es un enfoque de “aprender haciéndolo”. El concepto de la gobernanza en red es relativamente nuevo, y es necesaria una idea más estructurada para evaluar sus dinámicas. “Algunos críticos malinterpretan las redes como simples productos de la tecnocracia, mientras otros pueden referirse ingenuamente a las redes multisectoriales como la solución a todos los problemas” [21].

La gobernanza electrónica, cuya base radica fundamentalmente en las TIC, a menudo se aleja de la gobernanza real. Como planteara Richard Heeks, “la gobernanza electrónica puede ser poco útil si sugiere, erróneamente, que la aplicación de las TIC es un fin en sí misma. Puede ser que resulte más apropiado hablar de gobernanza integrada o, quizás, de gobernanza inteligente que prioriza los objetivos de la gobernanza y considera las TIC como una parte de los medios para lograr esos objetivos conjuntamente con las personas, los procesos y la información.

La dimensión de “mercado” de la gobernanza electrónica se distingue claramente de su dimensión “económico-política”. Por ejemplo, el Banco Mundial hace un llamado a los gobiernos a “crear un marco legal e institucional para la transparencia, previsibilidad y la competencia, así como la gestión del desarrollo económico”. El argumento es que, teniendo en cuenta que el mercado es el equilibrio fundamental, este rectificará con el tiempo las preocupaciones de la distribución desigual, mientras que el gobierno es quien debe proporcionar condiciones iguales para todos en el mercado, liberalizando el marco económico e institucional. Los ejemplos apuntan a medios electrónicos anteriores (tales como la radio, la televisión, etcétera) y otras formas de infraestructura, tales como la distribución de electricidad, el tratamiento de aguas residuales, la educación pública, el servicio telefónico, etc., que benefician a toda la sociedad.

Por otro lado, la dimensión “económico-política” de la gobernanza electrónica se refiere al desarrollo humano sostenible que no puede ser solo un subproducto o una decantación de los logros económicos. Como plantea el PNUD, la gobernanza legítima constituye “un marco de la administración pública basado en el estado de derecho, un sistema de justicia imparcial y eficiente, y una amplia participación popular en el proceso de gobernar y ser gobernado [22]. Por consiguiente, este es un punto de vista totalitario y busca integrar las estructuras y actividades organizativas de los gobiernos central, regional y local, el parlamento, la magistratura y las instituciones, organizaciones e individuos que constituyen la sociedad civil, el sector privado y, por último, las formas en que todas sus acciones influyen en la política pública para el bienestar público.

De la gobernanza a la cooperación multi-actores

Definitivamente, “multi-participacionismo”, o “red multisectorial”, es, en este sentido, un término relacionado. El multi-participacionismo surge del hecho de que el Estado no puede por sí solo abordar aspectos de interés público. Por consiguiente, un proceso poco regulado, que es flexible y de abajo arriba y tiene un mínimo de control gubernamental, puede involucrar a otros grupos (tales como el sector privado, la sociedad privada, las ONG, los académicos, etcétera) con una preocupación legítima por el bienestar común y el interés público. En la actualidad, diferentes organismos internacionales han comenzado a integrar el “multi-participacionismo” en sus procesos negociadores y diplomáticos. Por ejemplo, la Declaración de Ginebra (en la CMSI) ha introducido el “multi-participacionismo” como un principio guía del proceso de la CMSI, y esta forma de interacción entre los diferentes participantes conducirá a una mayor eficiencia y a fomentar las innovaciones en la incipiente nueva diplomacia mundial del siglo XXI. La red multisectorial se utiliza más comúnmente para la gobernanza en red. Las redes multisectoriales tienden puentes a escala transnacional entre el sector público (gobiernos nacionales, regionales o estatales y locales, así como grupos intergubernamentales), el sector privado y la sociedad civil. Estas redes (a) reflejan los papeles cambiantes y la relativa importancia entre ellos; (b) reúnen diversos grupos y recursos, y (c) abordan temas que ningún grupo puede resolver por sí solo [23].

La democracia en red también es un término relevante. Douglas Rushkoff, en su artículo “Democracia de código abierto: cómo la comunicación en línea está cambiando las políticas fuera de línea”, [24] dio una interesante explicación sobre la democracia en red. Planteó: “El orden que subyace en los sistemas aparentemente caóticos sugiere que los sistemas pueden comportarse de forma mutuamente beneficiosa para todos los miembros, incluso sin una jerarquía de mando. El término que emplean los científicos para describir la auto-organización natural de una comunidad es “emergencia”. La asombrosa organización de un hormiguero “emerge” de abajo hacia arriba, en una demostración colectiva de los instintos de cada una de las hormigas. En cierto sentido, realmente no está organizado porque no hay una burocracia central. La conducta colectiva de la colonia es un fenómeno emergente”. Él considera que la emergencia de una cultura en red, acompañada por el conocimiento de los medios y el debate abierto, puede ser un primer paso para un sistema político más sensible. El corazón de ese sistema político sería la participación en red de los ciudadanos en los asuntos públicos. El autor también considera que el movimiento del software de “código abierto” puede ser un modelo para el proceso participativo a través del cual tendría lugar la legislación en una democracia en red.

Por otro lado, la democracia electrónica se centra más en el aspecto tecnológico de la interacción. Steve Clift, estratega de la democracia en línea, describe la democracia electrónica como la “forma en que se puede utilizar Internet para mejorar nuestros procesos democráticos y proporcionar mejores oportunidades a los individuos y comunidades para interactuar con el gobierno y al gobierno para buscar la participación de la comunidad” [25]. El Centro Internacional de Teledemocracia de Escocia se centra en el uso de las nuevas TIC para llevar a cabo procesos mejorados de toma de decisiones democráticas, lo que aumenta la participación ciudadana específicamente a través de la consulta electrónica y las peticiones electrónicas. Ake Gronlund, de la Universidad de Umea, en Suecia, está preocupado porque las definiciones de democracia electrónica se centran a menudo en el uso y los proyectos de las TIC, y no en los procesos democráticos y la innovación institucional. Plantea que la democracia electrónica debe evaluarse en términos de sus procesos definitorios, no por la medida en que se emplean las TIC.

Gobernanza” es un término que rebasa el significado colectivo de algunos conceptos relacionados, como Estado, sociedad, gobierno, mercado, burocracia, etc. Incluye al Estado, pero también tiene en cuenta el papel de otros participantes de la sociedad. Si la “gobernanza electrónica” es el iniciador de este proceso, entonces, la “gobernanza en red” probablemente lo toma a un nivel en el que las organizaciones no solo están conectadas, sino que también son interdependientes al formar un grupo del proceso de elaboración de políticas.

20 de febrero de 2006

couverture du livre enjeux de mots Este texto es un extracto del libro Palabras en Juego: Enfoques Multiculturales sobre las Sociedades de la Información. Este libro, coordinado por Alain Ambrosi, Valérie Peugeot y Daniel Pimienta, fue publicado el 5 de noviembre de 2005 por C & F Éditions.

El texto es publicado bajo licencia Creative Commons Atribución, su uso comercial no está autorizado.

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Gobernanza en red y gobernanza electrónica 16 de julio de 2009, por Mónica Mendoza A

Me pareció muy interesante y condensado, pues rápidamente ubica a lector en los términos de "Gobernanza en red" y "gobernanza electrónica", desde una semblanza históríca hasta la situación actual, tocando los puntos clave. Realmente muy ilustrativo.

Gobernanza en red y gobernanza electrónica 6 de marzo de 2007, por maria

cordial saludo,
cual es la diferencia si la hay entre gobernanza y gobernabilidad .
maria patricia cuervo